Llega la «Uberización» a las Oficinas (II)

 In articulo

El post que precede hablaba de la “uberización” en las oficinas, continuo mi reflexión sobre cómo afecta al sector de los workspaces, centros de negocios, coworking, etc.

Impuestos, normativas, licencias…

Es el principal obstáculo que encuentra la economía colaborativa en su loca carrera expansiva. Volviendo a nuestro sector, es fácil imaginarse la cantidad de cuestiones regulatorias que estaríamos bordeando: licencias urbanísticas, impuestos. Tampoco entro a valorar la cantidad de cuestiones operacionales que pueden surgir en estos alquileres:   control del uso de internet, seguros, check-in, check-out, etc. Solo es cuestión de copiar un poco, Airbnb lo tiene muy bien resuelto.

Para los millennials tienen otra forma de entender la economía y de poco va a servir estas barreras y más cuando a la vuelta de la esquina estas generaciones llegarán a tener responsabilidades incluso en materia legislativa impregnando cambios y favoreciendo estas tendencias.

Entonces…¿Qué hacemos el sector de los workspaces?

El primer dato que deja esta revolución es que existen miles de trabajadores que están dispuestos a trabajar en una casa totalmente ajena y utilizar estas apps como medio de encontrar un workstation. Esto no nos debe sorprender, cualquier Starbucks es competencia directa de nuestra industria.

 

Pero qué motivación lleva a un autónomo a optar por alquilar el salón de una casa de un desconocido antes que utilizar el típico day-office de un coworking o business center profesionalizado. Sin entrar en un análisis del consumer journey, suficiente nos sufren nuestros clientes en las sesiones de consultoría de marketing para espacios de workspace que hacemos desde MyOffice, señalaría esencialmente:

 

  1. “Pago por lo que uso, sólo por ello, cuando quiero, a demanda” y además con el coste mucho menor en comparación con el mercado y a golpe de un click.

 

  1. Mola la idea. It´s Cool.

Aún hay tiempo.  La revolución ha llegado y ya está aquí pero esto no quiere decir que el próximo lunes nuestros workspaces se van a vaciar de clientes en una loca  estampida a casas particulares.

Ahora bien, pero aquellas empresas que no se tomen en serio la gestión del cambio, transformar su propuesta de valor en algo atractivo para la nueva economía y los nuevos consumidores estarán condenados a la desaparición.

Este ensanchamiento de la oferta por la base no debe verse con peligro, al revés, puede ser fuente nuevas oportunidades, existen y existirán clientes que demande servicios profesionalizados, servicios con valor añadido adaptados a las nuevas demandas. ¿Los primeros? los propios clientes de las apps de economía colaborativa.

Es necesario realizar un análisis de nuestra propuesta de valor, radiografiarla para posteriormente hacerla estresar ante las demandas y comportamientos que la nueva economía está implementando. Algo de sentido crítico y sin miedo a negar la realidad, seguro que podremos ir preparando nuestros espacios de workspace ante estos cambios.

Lo que seguro que no funciona es negar la revolución, y no ir preparando nuestros espacios de workspace a la aparición de nuevos actores y nuevas formas de hacer negocios.

#inspiringoffices